sábado, 6 de octubre de 2012

Perdon por llegar tarde, es que me quede dormido.



Muchas veces cuando escuchamos esa frase, sabemos que es una mentira, principalmente cuando pensamos que la persona es irresponsable o no tiene ganas de salir de su casa como otras personas.

Aun así, hay veces que esas personas realmente tuvieron un problema en el camino, voy a dar un ejemplo personal. Una vez, colectivo que me había tomado sufrió un desperfecto y nos hicieron bajar a todos, un colectivo lleno de gente de todas las edades y tamaños en hora pico, o sea que también había personas esperando en la parada en la que lo hicieron bajar. Como soy un caballero, si bien yo era de los primeros que se pusieron en la fila por ser de los mas jóvenes y estar solo sin carga, deje pasar a las 3 señoras que estaban atrás mío para después intentar retomar la fila y entrar, pero los chicos que estaban detrás de la señora se atrincheraron impidiéndome el paso diciendo un “Gracias” con sabor a mierda. No únicamente los chicos que venían justo detrás, sino TODAS las personas y yo, que la caballerosidad y la paciencia se me había acabo decidí tomar mi derecho a subir al colectivo para que el muy desgraciado me dijera “Disculpa, master, vas a tener que esperar al próximo porque ya estoy muy lleno”.

Así fue como tuve que esperar a un tercer colectivo, ya había perdido unos 20 minutos ahí parado, y al intentar subirme a ese colectivo, la madre con un niño ya grande en brazos, me dice “Podrías dejarme pasar primero que estoy con el nene”.

Llegue una media hora tarde más o menos al lugar donde tenia que juntarme para darme cuenta que se habían ido sin mí, en esa época no tenia celular para comunicarme así que no me quedo otra que volver a casa y mandarle un mail diciéndole lo que me había pasado.

Desde ese día siempre salgo unos 20 minutos antes a todos lados si es que tengo que viajar. Y les aconsejo a todos que hagan lo mismo, no vaya a ser cosa que la suerte decida darte la espalda y haciéndote quedar mal con todos tus amigos ya que desde ese día no me volvieron a creer cuando llegaba 2 minutos tarde y les contaba lo que me había pasado.

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